

Es un sÃmbolo de Islandia, pero a principios del siglo XX, el gobierno de ReykjavÃk se planteó vender la cascada a empresas extranjeras para que explotaran su fuerza hidroeléctrica.
Y estuvieron a punto de conseguirlo de no ser por el valor de una joven granjera llamada SigrÃður Tómasdóttir. La chica amenazó con tirarse de cabeza a Gullfoss si la cascada era vendida y por eso hay muy cerca de la cascada un monumento que recuerda la gesta.
Gullfoss tiene una caÃda de 32 metros de altura, lo que unido al magnÃfico caudal que fluye del rÃo Hvita en ese punto, provoca que el agua descienda con una fuerza brutal provocando un perpetuo y magnÃfico estruendo.
El gobierno islandés ha preparado varios lugares, todos ellos convenientemente vallados para evitar alguna desgracia. para observar la cascada.
Hasta llegar al punto de observación más alto, debes andar por un caminito que pasa muy cerca del salto de agua y en el que es muy recomendable llevar chubasquero para no acabar empapado.
ven y disfruta bello paisaje

Desde ese punto, el espectáculo es incomparable. La imagen y el sonido del agua precipitándose sobre la poza es de pelÃcula. agua inmensa y perpetua. La poza sobre la que se precipita Gulfoss tiene unos 70 metros de profundidad.
Lo normal es que ante semejante cortina de agua, se pueda contemplar un enorme arcoiris sobre la cascada, lo cual hace que el espectáculo de la naturaleza sea todavÃa más grandioso. Gullfoss, la cascada dorada de Islandia. Quedaos con su nombre.